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La economía peruana se dinamiza con el Dakar.

Cristhian Segarra
4 de enero de 2019 13:08

El Dakar es el rally que más dinero mueve en todo el mundo

El Dakar, cuya cuadragésima primera edición se celebrará en Perú del 6 al 17 de enero, no solo es el rally más duro del mundo, también el que más dinero mueve, cuyo impacto directo en la economía peruana supondrá más de USD 60 millones y equivaldrá a una campaña publicitaria de más de 190.

Desde que el rally se mudó a Sudamérica en el 2009, los países de la región que han acogido la carrera (Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú) han pagado un canon de entre USD 4 y 6 millones a la empresa francesa Amaury Sport Organisation (ASO), organizadora de la carrera, en función del número de etapas o si albergaban la salida o la llegada.

En esta nueva edición, que por primera vez en su historia se hace en un solo país, el costo que la carrera tendrá para Perú será de unos USD 11,3 millones que saldrán del erario público del país, de los que 6 millones serán para la ASO y otros 5,3 millones para acciones relacionadas con el rally, como los operativos de seguridad.

El Gobierno peruano espera recuperar esa inversión con los USD 60 millones de impacto directo que la carrera tendrá en la economía nacional, por concepto de ocupación hotelera y consumo de otros bienes y servicios por parte de los organizadores, los participantes y los turistas.

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Los equipos afinan los últimos detalles técnicos.

Adicionalmente, la administración local estima que el impacto mediático de la carrera será unos USD 200 millones, valor que le costaría a Perú una campaña de promoción turística internacional de casi dos semanas de duración que tuviese 1 200 horas de televisión a través de 70 canales para 190 países y más de 55 millones de visitas en vídeos publicados en redes sociales como ocurre con el Dakar.

La complicada logística del Dakar, que implica trasladar y alimentar cada día a unas 3 000 personas y seguir al milímetro el desarrollo de la prueba con ocho helicópteros y la última tecnología en GPS, hace de esta una carrera cara para el participante.

Es prácticamente imposible correr el Dakar con menos USD 90 000, que es el presupuesto que ha conseguido la española Sara García para correr el rally en la categoría del Dakar más barata de todas, pero también la más complicada; llamada ahora Original y antes Malles Motos.

En esta los pilotos van sin ningún tipo de ayuda y asistencia, y ellos mismos deben hacer el mantenimiento a su moto al final de cada etapa, con tareas como cambio de aceite, filtros y ruedas.

Hay que tener en cuenta que el costo de una moto como la KTM rally 450 replica, un modelo con el que corren un buen número de pilotos, está sobre los USD 30 000 sin impuestos, lejos de los
340 000 que puede costar una moto de un equipo oficial, como el valor estimada de la que le fue robada a Honda antes de la anterior edición del rally.

A ello hay que sumarle conceptos como la inscripción para la carrera, que en motos ronda los USD 17 000.

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Las motos pueden llegar a costar más de USD 300 000, todo depende del equipamiento.

Si al contrario que García se quiere hacer el rally con ayuda, como hacen la gran mayoría de participantes, la inscripción de cada mecánico cuesta USD 10 000 y, si además se quiere llevar algún vehículo de asistencia en el que viaje el equipo, hay que agregarle entre USD 4 000 y 40 000 más.

Esto hace que el presupuesto de un piloto particular para correr el Dakar se eleve a no menos de USD 170 000 si es en moto, entre USD 290 000 y 340 000 si es en auto y a unos 570 000 si es en camiones.

Por ello los equipos oficiales tienen millonarios presupuestos para tener más opciones de victoria, cuyas cantidades guardan en escrupuloso secreto, aunque se estima que la inversión que hace el equipo ruso de camiones Kamaz, dominador de esa categoría en los últimos años, es de USD 11 millones.

El premio para tanto esfuerzo económico es ganar el Dakar y coronarse como el rey de los rallys del tipo cross country (campo a través), pues los botes reservados para las ganadores no compensan la inversión, ya que el de mayor valor se estima que son unos USD 50 000 y está reservado para el campeón de motos.

Con este marco, la ASO, que también organiza el Tour de Francia y la Vuelta a España, entre otras competiciones deportivas, facturó en el 2016 unos USD 250 millones, con un beneficio neto para la compañía de unos USD 52 millones.

Dentro de su política de responsabilidad civil, la ASO afirma haber donado USD 1,4 millones para financiar 500 proyectos sociales de la ONG chilena Techo, en su mayoría de vivienda para gente desfavorecida.

Fuente: EFE