Foto: es.motor1.com

Lamborghini renueva la imagen del Huracán para el 2019.

Cristhian Segarra
30 de enero de 2019 14:12

Lamborghini Huracán EVO 2019, un apellido muy acertado

La fórmula más utilizada por un fabricante a la hora de actualizar un vehículo de estas características es añadir un poco de potencia, rediseñar el frontal, con unas nuevas ópticas, y reducir ligeramente la altura del vehículo, en busca de ganar un aspecto más deportivo.

Lamborghini es una marca que se dedica al negocio de vender superdeportivos de ensueño, según nos cuenta Mitja Borkert, jefa de Diseño del fabricante de automóviles italiano. Y para los clientes que ya tienen un Huracán, un nuevo frontal y 20 HP de potencia extra no significan un nuevo vehículo de compra obligatoria. No refleja el ideal de 'superdeportivo' que vive en el corazón de cada Lamborghini. Algo que han conseguido inyectar, incluso, en el nuevo SUV de la marca, el Urus.

No es el caso del Huracán EVO 2019, cuyo bloque V10 alcanza los 640 HP de potencia y 600 Nm de torque. Estas cifras coinciden con las que ofrece uno de los modelos de pista más importantes de la actualidad: el Huracán Performante. Unos valores que, por cierto, superan en 30 HP y 40 Nm al Huracán de serie.


Pero como Maurizio Reggiani, el director técnico de Lamborghini, señala cada caballo de potencia adicional debe estar justificado; la firma italiana solo lo añadirá si mejora el rendimiento y hace que el automóvil sea más apasionante de conducir. Por lo tanto, el enfoque principal del EVO fue mejorar el plano dinámico del vehículo, y no solo añadir más potencia de manera indiscriminada.

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El objetivo de los cambios es una conducción apasionante.

Aunque el EVO prescinde del sistema aerodinámico activo ALA, incluido de serie en el Huracán Performante, toda la aerodinámica del nuevo modelo ha recibido una profunda revisión. Lamborghini ha modificado cada elemento que interviene en este apartado y los cambios son asombrosos, según afirma Reggiani.

El frontal luce un nuevo diseño, con un splitter doble integrado que mejora la admisión de aire y canaliza el flujo a alta velocidad, alejándolo de las ruedas delanteras para evitar turbulencias. La parte baja del vehículo también ha sido modificada, al igual que la zaga.

Para que se haga una idea, el EVO disfruta de seis veces más carga aerodinámica que el Huracán de serie, al tiempo que tiene un coeficiente aerodinámico siete veces mejor que el Huracán de la anterior generación. Una mejoría realmente asombrosa.

La parte trasera del EVO sí ofrece un conjunto visualmente nuevo. Lamborghini ha reubicado las salidas del escape hacia arriba, en lo que parece un guiño a los modelos GT3 de la casa. Algo parecido sucede en el interior, que transmite cierta familiaridad, aunque resulta imposible ignorar la nueva pantalla HMI táctil, con un tamaño de 8,4 pulgadas.

Es similar a la que podemos encontrar en el Urus, e incluso incorpora una función de medición de tiempo y algunos datos de telemetría, como el ángulo de dirección o el porcentaje de la distribución de torque en cada eje.

El EVO también se beneficia de la actualización de otros sistemas, como el de reparto selectivo de par o la dirección al eje trasero, para estar a la altura de la competencia. El cerebro encargado de gestionar todo este potencial es el denominado Lamborghini Dinamica Veicolo Integrata (LDVI).

Este sistema de control dinámico de la conducción está recibiendo, constantemente, datos de los diferentes sensores repartidos por el vehículo para, posteriormente, ajustar todos los sistemas de ayuda a la conducción. Pero más que reaccionar, los ingenieros de Lamborghini nos comentan que el LDVI está pronosticando qué puede suceder.

Es un sistema que anticipa su trabajo para saber dar la respuesta adecuada en cada momento. La centralita que alberga la CPU del sistema se comunica con los diferentes giroscopios y sensores, que analizan, en tiempo real, el centro de gravedad del automóvil, el ángulo de giro de las ruedas, la transferencia de carga en el balanceo de la carrocería, la inclinación y el giro de la misma. Toda esta información se utiliza para anticiparse a los próximos movimientos del conductor.

Aunque pueda parecer que Lamborghini está tratando de seguir el ritmo del departamento técnico marcado por McLaren, el resultado obtenido en el EVO es puramente Lamborghini. Gracias a varias vueltas, divididas en una jornada completa de pruebas en el trazado de Fórmula 1 del circuito de Bahrein, pudimos conocer en profundidad el Huracán EVO 2019.

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El interior también fue modificado para resaltar su deportividad.

Las 15 curvas de la pista, las tres largas rectas y los cambios de elevación son entornos ideales, a alta velocidad, para constatar la aceleración del vehículo y el poder de frenado del mismo, así como la manera en que transfiere los pesos.

Una vez sentados dentro del automóvil, levantamos la cubierta de encendido roja y presionamos el botón de arranque y parada del motor V10. Al igual que sucede con el Huracán de serie, el EVO dispone de tres modos de conducción.

El programa Strada está recomendado para el uso diario por ciudad y carretera. El Sport es ideal para explorar los límites del vehículo y el Corsa solo es recomendable para su uso en circuito. Como disponíamos de un tiempo limitado en la pista, decidimos 'obviar' el modo Strada y comenzar a rodar directamente en la configuración Sport.

Formando una caravana que sigue al vehículo de un instructor de Lamborghini, salimos del 'pit lane' y nos acercamos a la curva uno, donde inmediatamente comprobamos el poder de frenado de las pinzas de seis pistones delanteras y traseras, que muerden los discos de freno carboceramicos.

La respuesta de los frenos es especialmente tranquilizadora, sobre todo, si hablamos de un vehículo capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y de marcar una velocidad punta de 323 km/h. La asistencia variable de la dirección parece calibrada al milímetro, a la vista de la velocidad a la que negociamos los siguientes giros enlazados.

En poco tiempo, nos encontramos enfilando una larga recta y en un abrir y cerrar de ojos, procedemos a accionar el selector izquierdo de la transmisión automática de doble embrague de siete velocidades, para reducir de marchas hasta engranar la tercera marcha y afrontar la curva número cuatro.

El modo Sport está actuando a la perfección, permitiendo deslizar ligeramente la zaga del vehículo, tal y como demuestran las ligeras marcas de goma de los Pirelli P Zero Corsa, que dejamos a la salida de cada curva. El coche está siempre bajo el control del conductor, un detalle que demuestra el trabajo de Lamborghini por hacer que la conducción del EVO sea accesible y divertida.

El tercero de los modos de conducción es el denominado Corsa. Pretende ser el más puro de conducción, similar a uno de carreras. La sonoridad del motor se torna mucho más elevada, mientras que la zaga se vuelve más nerviosa.

Lamborghini nos ofrece un Huracán de serie en un pequeño circuito en forma de ocho, para hacer más amena nuestra espera entre prueba y prueba con el EVO. Algo que nos permite comprobar la respuesta de un Huracán 'normal' frente al EVO que conducimos en la pista.

El vehículo de acceso a la gama nos recuerda al instante lo divertido y emocional que es este cupé. Pero, una vez al volante del EVO, las diferencias son evidentes. Tras una prueba en otro circuito de conos que simula un 'slalom', deja al descubierto la mayor agilidad del EVO frente al Huracán convencional.