Fernando Robayo
27 de noviembre de 2020 11:06

La vulnerabilidad de la ANT (O)

El acceso no autorizado al sistema informático de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) debe ser relativamente sencillo y la manipulación fraudulenta de sus registros un negocio muy lucrativo. En caso contrario no se habrían emitido 2 500 licencias de conducción irregulares durante los meses de confinamiento por la pandemia del covid-19.

Cuando la institución detectó el ‘hackeo’ de su sistema, a inicios de agosto, procedió a dar de baja a los documentos generados de manera ilícita y denunció el hecho en la Fiscalía, con el fin de que se realizaran las investigaciones pertinentes para identificar y capturar a los ciberdelincuentes. Si bien algunas bandas dedicadas a esta actividad fueron capturadas en Quito y Guayaquil, el problema está aún lejos de resolverse.

Casi cuatro meses después de aquello, en la red social Facebook siguen apareciendo a diario múltiples anuncios de personas que ofrecen tramitar licencias, recuperar los puntos perdidos o incluso eliminar multas de tránsito. A partir de esto, no es difícil deducir que, o las bases de datos de la ANT son muy vulnerables o hay quienes hacen el trabajo desde el interior de esa entidad. Las investigaciones deberían llevarse a cabo primero casa adentro.