Dominio de Tanak en Alemania, sobre Neuville y Ogier
Los lugareños del Valle del Mosela temen cada año la llegada del WRC al mismo tiempo que la desean. La temen por las excursiones de los pilotos a través de sus viñedos y la desean porque esas excursiones dan la vuelta al mundo.
Sus laderas teñidas de verde bajo el sol del verano alemán son postales y escenario de un Mundial de Rallies que no volverá a ser tildado de aburrido. Y menos tras la doble victoria consecutiva de Ott Tanak (Finlandia y Alemania), la primera de estas características para Toyota desde 1993 (Juha Kankkunen/Juha Piironen).
El estonio se gustó y demostró que su carácter frío y templado puede poner en apuros a Thierry Neuville y a Sebastien Ogier. Al primero, porque su Hyundai i20 WRC no rindió como se esperaba en Alemania y limitó daños gracias a los problemas de Latvala y Sordo en la última mañana. Al segundo, porque le batió durante todo el fin de semana con soltura, antes de que este pinchara en la tarde del sábado.
La apacible mañana de la región de Saarland no fue tal para el devenir del WRC 2018. El duelo Sordo-Latvala, con ocho décimas de diferencia entre ambos antes de los tres últimos tramos, se resolvió con empate técnico. Ambos abandonaron en la primera pasada por Grafschaft (29,07 km). Sordo entró algo pasado en una curva a izquierdas y golpeó su delantera derecha contra los viñedos, rompiendo su luna delantera y dañando el radiador. Latvala, en cambio, sufrió un problema en la transmisión después de haber sido parado por la policía de camino al tramo durante varios minutos.
El adiós de ambos lo recibió con los brazos abiertos Neuville, líder del campeonato, que vio cómo no tendría que preocuparse durante el resto del día por apretar más de la cuenta. No lo sintió igual el imparable Tanak, que llegó a decir: "Neuville es un puto suertudo". Para ser campeón, una pizca de ello siempre es necesaria.
El belga completó un rally sin riesgos, con cabeza y pensando en lo que puede esperarle a final de año y sumó 19 puntos más que le hacen abrir hueco con Ogier hasta los 23 y limitar pérdidas con Tanak, que ahora está a 36.
La Power Stage final, en Bosenberg (14,04 km), demostró que el francés de M-Sport aún tiene mucho que decir en este WRC 2018, a falta de Turquía, Gales, Cataluña y Australia. Se lució, se gustó y se llevó el scratch por 0,178 milésimas respecto al estonio de Toyota y 3,914 frente a un Lappi que se subió al último escalón del podio sin cometer errores.
En WRC2, Kopecky se repuso de los problemas del sábado para remontar y superó por 3,8 segundos a un Rovanpera que se aprovechó de los errores y fallos múltiples de sus rivales en la categoría, con un gran Andolfi a 18,1 segundos. Los españoles Nil Solans y Cohete Suárez abandonaron el sábado a primera hora. El primero por accidente tras hacer una gran exhibición el viernes y el segundo por un fallo del turbo.
"No estoy pensando en el Mundial, aún está lejos el final", aseguró Tanak tras bajarse del auto. "Pero claro que creo". Los viñedos alemanes deberían comenzar a bautizar alguna cosecha con apellido estonio.
