Toyota

Toyota durante las 24 Horas de Le Mans

Leonel Chuquirima
18 de junio de 2018 10:05

Alonso y Toyota ya son leyenda de las 24 horas de Le Mans

Fernando Alonso, Kazuki Nakajima y Sebastien Buemi se hicieron con la victoria de las 24 horas de Le Mans 2018 tras un sensacional relevo del español por la noche y un duelo hasta la mañana con sus compañeros.

En 1985, en Toyota costaba soñar con ganar Le Mans, era su debut con el 85C-L (motor cuarto cilindros turbo y 2.000 cc). También era complicado creer que un pequeño Fernando Alonso, que aún no había cumplido los cuatro años, algún día entraría en la leyenda de la mítica carrera para siempre. Y menos, que lo haría con nocturnidad y alevosía, ante más de 250.000 aficionados adormilados por las barbacoas y los litros de cerveza.

La esperanza se volvió quimera en los últimos años, cuando múltiples problemas técnicos golpearon sin misericordia al fabricante japonés. Pero la esperanza volvió con el nombre de Fernando Alonso, que decidió embarcarse en el proyecto a finales de 2017 y todo empezó a fluir. El español aportó sus conocimientos técnicos y la experiencia labrada a lo largo de 16 temporadas en Fórmula 1 y todos remaron hacia un mismo objetivo: ganar las 24 Horas de Le Mans.

Y el sueño se cumplió este domingo, tras un relevo legendario del asturiano durante las primeras horas de la noche, que le llevó a recortar en 2h30 más de 1:30 sobre el #7 conducido por un Pechito López que se mostró sorprendido del ritmo de su compañero tras bajarse del auto y poner rumbo a un descanso merecido.

La constancia y el ritmo imparable de Alonso le pusieron en bandeja de plata a Nakajima el ataque final al prototipo gemelo. El japonés no dudó y superó a su compatriota Kobayashi en el interior de Arnage cuando el alba empezaba a despuntar en un somnoliento La Sarthe.

A partir de ahí, el ritmo del poleman y los Safety Car que llegaron cuando el sol ya se abrió paso entre los árboles verdes de Hunaudieres, la recta de leyenda, colocaron a Alonso con 1:36 de ventaja respecto al #8. El español se dedicó a gestionar la diferencia de 40 segundos tras tomar el relevo de Buemi y se aprovechó de varias Zonas Lentas y dos autos de seguridad para cederle el testigo final a Nakajima a poco más de dos horas del final. Alonso se bajó sonriente, casi victorioso, tras haber pilotado durante más de ocho horas.

El último tramo de carrera no estuvo exente de algún pequeño paro cardiaco, como el que protagonizó Kobayashi, encargado de llevar el #7 a meta, que, a 1h37 de la bandera a cuadros, se pasó la entrada a boxes y completó una vuelta más de las permitidas por relevo (11), consumiendo también más de la cuenta. Aunque llegó tras rodar a 80 km/h en las largas rectas de La Sarthe, los comisarios le impusieron dos Stop&Go de 10 segundos cada uno. Y la distancia con sus compañeros líderes dictó sentencia.

Esta vez nada falló en el TS050 Hybrid, sometido a pruebas "estilo NASA" desde la pretemporada invernal. Esta vez Le Mans decidió, finalmente, concederle a Toyota la ansiada victoria, la primera para una marca japonesa desde la de aquel Mazda787B de locura en 1991. Curiosamente, ningún nipón conducía aquel prototipo, no así esta vez: Nakajima cruzó triunfante una recta de meta entregada, con banderas asturianas, españolas y con un piloto de Oviedo que entra los anales de la historia automovilística. Alonso se une a Marc Gené (Peugeot, 2009) como el único español en haber ganado la general de Le Mans.

Video:  ElReyGuiri (YouTube).