Foto: es.motor1.com

El Mazda MX-81 fue un prototipo que cautivó la atención de propios y extraños por su volante.

Cristhian Segarra
21 de septiembre de 2018 12:04

Mazda MX-81, el concept con el volante más extraño jamás visto

La historia del Mazda MX-81 es bastante peculiar. Todo comenzó en 1981, cuando la marca japonesa consultó al diseñador italiano Bertone acerca de la posibilidad de crear un 'concept car' llamativo, para exhibir en los salones del automóvil más importantes. Los dos únicos requisitos que impusieron los nipones fueron una distancia entre ejes de 2,36 metros y una tecnología aplicable al Mazda 323.

Con estas condiciones, Marc Dechamps, máximo responsable de Diseño de Bertone, comenzó su trabajo. El resultado fue el prototipo protagonista de este artículo, un original cupé con cuatro asientos individuales. A los más veteranos seguro que les recuerda al Citroën BX. No andan desencaminados, porque el Volvo Tundra Concept, creado también por el carrocero italiano en 1979, acabó derivando en el modelo francés.

En el exterior, cobraban protagonismo los faros delanteros móviles, la bajísima línea de la cintura, los pilotos integrados en el pilar C, el gran portón acristalado y la doble salida de escape. Sin duda, por diseño, se trataba de un modelo futurista para la época.

Foto: es.motor1.com

El volante tenía un forma poco convencional.

De hecho, además de ser un vehículo impactante, también podía presumir de una aerodinámica muy avanzada, gracias a un coeficiente (Cx) de tan solo 0,29. Todo un hito a comienzos de los años 80.

No obstante, todo lo contado del Mazda MX-81 queda en un segundo plano cuando nos desplazamos al habitáculo. En él, no aparece un volante al uso, sino una tira rectangular de material plástico, enroscado a un módulo compuesto por una especie de pantalla de televisión y diversos mandos.

Aunque hoy las pantallas en los automóviles están a la orden del día, en aquella época supuso una revolución que no llegó a plasmarse en un modelo de producción. Tan solo parte del frontal y los faros se emplearon, ocho años más tarde, en el Mazda 323 F. Una historia curiosa, ¿verdad?