El Aston Martin Bulldog vuelve para terminar la tarea
A finales de los años setenta, la firma británica Aston Martin era famosa por fabricar algunos de los mejores deportivos artesanales y porque su DB5 había tenido un rol protagónico en la tercera película de James Bond.
Con la intención de competir con la exclusividad de marcas como Ferrari, Lamborghini o Porsche, Aston Martin decidió crear un bólido al que llamó Bulldog. Se trataba del primer superdeportivo con motor central de la compañía, el cual perseguía dos propósitos: batir un récord mundial de velocidad y ponerse al nivel de los mejores ejemplares de sus rivales.
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