Las cajas manuales se resisten a morir
La innovación tecnológica modificó la forma de conducción en los últimos años. Los nuevos sistemas de asistencia y control vehicular, o las nuevas transmisiones automáticas -por ejemplo- hicieron que las habilidades de las personas sean reemplazadas, al menos de forma parcial, en los desplazamientos.
Esto ocurre, al menos, en los vehículos de gama media, deportivos o de lujo. Es por eso que los fabricantes a escala mundial han incrementado la producción de modelos con este tipo de cajas, en detrimento de las manuales.
Las ventajas de este sistema son rapidez, precisión, seguridad, comodidad (especialmente en ciudad o en situaciones de tráfico intenso) y que ofrece un consumo de combustible menor.
Sin embargo, aún existe una parte del mercado que prefiere embragar, meter marcha y acelerar. Para ellos se producen ejemplares con un comportamiento más dinámico.
Estas personas sienten el gusto por realizar la transición de marchas a placer, hacer el juego de pedales, reducir la velocidad al bajar los cambios o conseguir una salida perfecta en una cuesta sin ayuda del sistema de arranque en pendiente que equipan ciertos modelos o que facilita la caja automática.
Marcas como Porsche, BMW o Mazda producen modelos de altas prestaciones (como el Cayman GT4, M4 o el MX-5) con transmisiones manuales para potenciar el gusto por la velocidad y el poderío en sus clientes.
A pesar de esto, el futuro aún es incierto. Aunque hay una alta probabilidad de que la tendencia por equipar cajas automáticas siga creciendo, es posible que las manuales sobrevivan por la demanda existente. La decisión será tomada con base en la exigencia que se genere en los mercados, sin duda alguna. Habrá que esperar algunos años aún para conocer cuál será el futuro de este mecanismo.