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El Citroën Tipo H estableció una configuración mecánica que perdura hasta hoy.

Fernando Robayo
22 de noviembre de 2017 14:53

El legendario Citroën H cumple 70 años

Otoño europeo de 1947. La guerra había terminado hacía dos años. Francia buscaba volver a levantar cabeza y Citroën hizo su aporte al resurgimiento del país con una presentación especial en el Salón del Automóvil de París: el utilitario Tipo H. 

Este vehículo, que tuvo su estreno allí hace 70 años, estaba destinado a otorgarle movilidad a los productores agrícolas para dinamizar el comercio y reactivar la economía.

El éxito fue inmediato. Fácilmente reconocible por su característica carrocería de paneles metálicos ondulados, pronto conquistó las calles francesas, donde fue tan típico como el Ape de tres ruedas en Italia o el Volkswagen Transporter (Kombi) en la Alemania.

Loa ingenieros de Citroën se adelantaron una vez más a su tiempo. Con el motor frontal con tracción delantera, un chasis bajo y carrocería autoportante, el Tipo H fue el un precursor de una forma de construcción que sobrevivió por décadas al concepto tradicional del motor trasero instalado por el Volkswagen Transporter. Y sigue siendo modelo para los vehículos de transporte.

El principio constructivo revolucionario había sido originalmente del Citroën TUB, lanzado por los fabricantes franceses en 1939. Pero la guerra se interpuso y la producción del TUB apenas llegó a 2 000 unidades. Por eso quedó el Tipo H como padre del utilitario moderno.

Citroën cita como gran ventaja de la construcción su versatilidad a bajo costo: al no necesitar de un cardán hacia el eje trasero se le dotó de un piso para carga bajo y plano, prolongable en diversas versiones sin necesidad de modificar el sistema de tracción.

La carrocería, inspirada en aviones como el Junkers JU 52 alemán, reunía las condiciones de reducción de peso y estabilidad. Se pudo extender así sin problemas ni costos mayores la distancia entre ejes en 60, 100 o 120 cm, y la parte posterior en otros 60 cm.

Con un techo alto se podía disponer incluso de hasta 17 metros cúbicos para carga útil, en lugar de los siete del modelo estándar. La puerta corrediza y la abertura posterior facilitaban la carga. Como se utilizaba frecuentemente al Tipo H como puesto de ventas o gastronómico, tenía un mostrador rebatible con toldo desplegable e incluso una caja de recaudación incorporada en la guantera. También existió una variante ambulancia.

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Aún se puede ver unos cuantos Tipo H operativos en Europa, convertidos en 'food trucks'.


Los expertos elogian las soluciones técnicas halladas por los ingenieros franceses y los fans se deleitan con el recuerdo. Es que basta mirarlo y se asoman las imágenes de los mercados provenzales, de los campings bretones y de los paseos sobre las playas atlánticas.

Pero el romanticismo se termina cuando uno se pone detrás del volante. No se trata solo del modesto empuje del motor de 1.6 litros y 40 HP. También hay que realizar un trabajo bastante intenso con la caja de tres cambios para llegar a los 100 km/h, y entre los asientos emerge un calor poderoso y un aroma a aceite quemado.

A pesar de que entre 1947 y 1981 se fabricó casi medio millón de ejemplares, hoy apenas se lo ve. Dificulta su tenencia el hecho de que no es fácil guardarlo en un garaje doméstico por la altura de su carrocería.

Pero es robusto y fácil de reparar. Incluso aún se consiguen los repuestos con cierta facilidad. En Europa se puede ver de vez en cuando a algún Tipo H en actividad, generalmente como 'food truck' en festivales y ferias.

Fuente: DPA