Puntos de recarga para vehículos eléctricos en Oslo, Noruega.

Foto: e360.yale.edu

Cristhian Segarra
11 de octubre de 2017 16:07

El auge de los vehículos eléctricos complica a Oslo

Tras el 'boom' de los últimos años, la Asociación Noruega de Vehículos Eléctricos recomendó ahora a los automovilistas en Oslo desistir de la compra de un automotor eléctrico si no tienen la posibilidad de realizar la recarga en su casa.

"En relación con el número de autos vendidos, la ciudad de Oslo no cumplió con la expansión de los puntos de recarga", sostuvo Petter Haugneland, portavoz de la asociación.

El porcentaje de vehículos eléctricos matriculados recientemente es del 35%. "O sea uno de cada tres autos nuevos que se venden en Noruega es eléctrico", señala. En la capital, es incluso del 40%, agregó Haugneland.

Actualmente hay 50 000 ejemplares eléctricos y 30 000 híbridos recargables registrados en Oslo, mientras que solo hay 1 300 estaciones de recarga públicas, confirmó Sture Portvik de la Administración Municipal.

"Ponemos nuestro máximo esfuerzo. Cada año, instalamos un 26% más de puntos de recarga, pero el número de eléctricos ha aumentado más del 100%. La brecha es cada vez más y más grande", recalcó Portvik.

El hecho de que estos modelos sean tan populares en Noruega se debe principalmente a las ventajas financieras que el estado otorga a los ciudadanos: eliminación del IVA, del impuesto de importación y del impuesto de automotores. Por eso, la compra de un auto eléctrico resulta muchas veces más barata que la de uno con un motor de combustión.

"Un vehículo eléctrico cuesta en Noruega alrededor de USD 31 675, mientras que un VW Golf de gasolina está en cerca de USD 37 541. Ahí está la diferencia", apuntó Haugneland. Pero además, los eléctricos no pagan los peajes de las autopistas, pueden utilizar los carriles de bus, aparcar gratis en los parkings públicos y repostar gratis en una serie de estaciones de recarga.

Este incentivo le cuesta mucho dinero al Estado. Sin embargo, el Parlamento ha decidido que no cambiará su política hasta el 2020. Una de las razones es el compromiso ambicioso de que para el 2025 todos los automóviles matriculados en Noruega deberán ser vehículos que no emitan emisiones. 

Por un lado, la exención de impuestos para aquellos que conducen vehículos eléctricos y por otro, impuestos y precios de combustible altos para aquellos que siguen conduciendo con combustible fósil.

Hay un gran consenso de los partidos representados en el Parlamento noruego sobre los incentivos, pero hay diferencias sobre los punitivos. Sobre todo el partido populista de derechas, que tras las elecciones de septiembre busca una participación en el Gobierno, no quiere un aumento de los costos para aquellos que no conduzcan un auto eléctrico.

Los expertos Haugneland y Portvik concuerdan, sin embargo, de que es posible alcanzar el objetivo 2025.

"En los próximos años se lanzarán muchos modelos nuevos al mercado y, mientras continúe esta política de promoción, creemos que alcanzar la meta es posible", sostuvieron.

Se puede ver la rapidez con que se desarrolló el mercado eléctrico en Noruega en los últimos cinco años. "Y hasta el 2025 sucederá mucho más", enfatizó Haugneland.

También Portvik opina que se acelerará el desarrollo en los próximos años. "Crecerá el mercado de los autos eléctricos a medida que las baterías tengan más potencia y autonomía, los cargadores sean más veloces y haya más modelos", señaló.

La capital de noruega debe ir a la par de este desarrollo. El mayor desafío, según Portvik, es que el 60% de la población de Oslo vive en apartamentos y no en viviendas unifamiliares con garaje, donde se puede repostar el automóvil durante la noche. Por lo tanto, las asociaciones de vivienda y los grandes propietarios deben equipar sus garajes con toma corriente.

Sin embargo, extender el número de estaciones de carga no es la solución, dijo Portvik. "Necesitamos hacer que el sistema sea más efectivo. Necesitamos cargadores más rápidos e inteligentes y puntos donde no solo se puede recargar el auto sino también la moto eléctrica, el scooter y otros vehículos eléctricos".

El 98% de la energía en Noruega se extrae de la energía hidroeléctrica. Al ser un país pequeño sirve de campo de pruebas. La Asociación de Automóviles Eléctricos recibe al menos dos veces por semana visita del extranjero, desde periodistas y políticos hasta representantes de la industria.

"Somos un buen país de prueba y podemos podemos mostrar cómo será el mercado en otros países en pocos años", dijo Haugneland.

Según Haugneland, Noruega depende de que otros países también contribuyan a poner en marcha este mercado. Sobre todo de Alemania.

Aunque los críticos digan que los eléctricos en Alemania no son respetuosos del medio ambiente porque la energía proviene del carbón, "no podemos esperar hasta que toda la electricidad sea renovable para comenzar el cambio en nuestro parque automotor. Esto debe suceder en forma paralela", añadió el experto.