miércoles 12 de septiembre 2018

Una cultura de inseguridad

Fernando Robayo

El pasado jueves 30 de agosto, un Agente Civil de Tránsito de Ibarra detuvo a un bus que cubría la ruta Quito - Tulcán con cinco personas escondidas en el compartimento destinado para las maletas.

Al ser interrogado sobre la inusual situación, el chofer de la unidad se limitó a decir que lo hizo como “un favor” a los viajeros, pues los 44 asientos del vehículo estaban totalmente ocupados.

Si bien la responsabilidad penal del hecho recayó directamente en el conductor del bus y en su acompañante, los pasajeros que viajaban en el compartimento de carga eran moralmente corresponsables del riesgo que corrían. Ellos participaron de manera voluntaria en una situación que amenazaba su integridad, al renunciar a las garantías mínimas de seguridad y comodidad.

Los más curioso del caso es que se dio durante la sucesión de varios accidentes fatales que involucraron a buses de transporte público en diferentes partes del país. Mientras la falta de conciencia y la ausencia de una cultura de prevención afecte tanto a los operadores del servicio como a los usuarios, difícilmente se logrará reducir la recurrencia de la mortalidad en las vías.